QUE OSCURO HABLAS, NO TE PUEDO COMPRENDER

QUE OSCURO HABLAS, NO TE PUEDO COMPRENDER...

No cierres tu corazón al amor porque te dé tristeza, y ten esperanza. 
-¡Qué oscuro hablas! No te puedo comprender... 
-El corazón no puede darse sino en lágrimas o canción... 
-¡Qué oscuro hablas! No te puedo comprender... 
-Breve es el placer, como una gota de rocío, y mientras ríe, se muere. La pena, en cambio, es larga y permanece... ¡Que el amor triste despierte en tus ojos! 
-¡Qué oscuro hablas! No te puedo comprender... 
-Por no esperar en capullo, entre la nieve eterna del invierno, el loto se abre al sol y pierde cuanto tiene... 
-¡Qué oscuro hablas! No te puedo comprender... 

Un poema de Rabindrah Tagore, mi poeta favorito.

Que oscuro hablas, no te puedo comprender... Una frase que siempre me ha fascinado, no se si por lo bien que suena al pronunciarla o por las interpretaciones que guarda secretas bajo cada sílaba. Mi mente, mis pensamientos, mis deseos, no me entiendo, mi cabeza habla en un lenguaje inescrutable, no me puedo comprender... Aquello que quiero lo alejo de mi, aquello que me hace daño lo acerco. ¿Por qué? 

A veces nos acercamos a lo malo por miedo a la decepción. Tememos lo desconocido. Tememos esperar mas de lo que vamos a recibir. Así que, para que intentar algo con alguien al parecer 'bueno' y darnos de pleno contra la pared. Si empezamos con el 'malo' y nos falla, ya lo esperábamos, en algún rincón macabro de nuestra cabeza tenemos un reloj contando los segundos para llevarnos el chasco. En un libro llamado 'La Insoportable Levedad del Ser' de Milan Kundera, encontré la frase que nos define a muchas por naturaleza; 'Para Franz el amor era la constante espera de un ataque'. Tic, tac, tic, tac... Pero así, ¿Como puedes estar en paz? ¿Como puedes ser feliz? La respuesta es simple- no se puede.

¿Que podemos hacer para vencer este miedo, esta 'constante espera'? Ver lo bueno en el otro, esperar lo mejor... Vivir oyendo ese 'tic-tac' en mi cabeza es insoportable.

Yo doy lo mejor de mi, intento reprimir lo malo. El otro también puede hacerlo. Por que al fin y al cabo se es mas feliz abriendo tu corazón y recibiendo el golpe, a vivir infeliz y que el golpe te lo des tu a ti misma. Abre tu corazón, olvida el resto. 

Se tú, y que el sea el. Confia, y descubre. Si confias puede que acabes en un sitio que nunca hubieras imaginado...